lunes, 9 de junio de 2008

The refrescos - Aqui no hay playa

Que verano sin playa, ¡Ah no! Que yo si que tenía playa. El verano del 89 fue uno de los exitos del verano. Supongo que fue gracioso tanto para los madrileños, como para todos los que no eran. Unos porque hablaban de todo lo bueno que tiene Madrid, movida, un alcalde enrollao, mejorando a Tierno Galván, etc, y otros, porque decían si tenéis todo eso, pero os fastidiáis que no os podéis bañar en el mar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De esta canción recuerdo que fue uno de esos éxitos del verano que junto con el que tocara de Georgi Dann ese año, sonaba en todas partes y todos la cantábamos. Sobre todo la asocio a una verbena de San Juan que supongo que sonó una y otra vez hasta agotar a los que allí bailaban.
Hoy ha habido alguien que me ha recriminado que ya no comento en el Porompompero, y tiene razón. Así que espero que me perdone con este comentario de hoy e intentaré cumplir más a menudo. Ya sabes que cada día mínimo me conecto un par de veces para ver qué videos has puesto y qué se ha escrito. A ver si el resto de los "mosqueteros" comentan para recordar los viejos tiempos.

Bruma dijo...

Jopeeee, ¿pero quien dice que los de Madrid no tienen playa? Yo tengo un amigo valenciano al que siempre he dicho que las afueras de Madrid llegan hasta Valencia.

Anónimo dijo...

Bona nit mosqueteros y cia,
Que sería de nosotros si no hubiese existido Georgi Dann durante tantos veranos, de vez en cuando aparecia una canción de comparsa como la que aqui aparece.
Bueno ya he puesto migranito de arena.

Unknown dijo...

A los mosqueteros:

Que yo sepa no he recriminado nada, al menos que yo recuerde, pero... me habéis dado la idea para el próximo domingo.

Bruma:

Que razón tienes, la playa de Madrid va desde Mazarrón hasta Peñiscola.

Anónimo dijo...

Yo también hace tiempo que no escribía, aunque me confieso pecador de entrar cada día, en muchos de ellos hasta en dos o tres ocasiones.
Tengo que decir lo siguiente:
Al currito de la oficina, a ver si me pasa esas pastillas maravillosas que tanto bien hacen, porque por las noches veo pozos que me llaman...

A la rubia, que le tiendo la mano para machacar a los dos pajaritos que tiene por compis, y que me confieso pecador de todos los males del mundo con el fin de que no nos castigues más con tu ausencia en las comidas.

A la nenaza que pide treguas, que se vaya preparando, que con mi rubia le voy a poner las pilas, se le va a caer el poco pelo que tiene...