Hoy se cumplen 30 años, aunque estoy convencido que ya todo el mundo se ha enterado, llevamos mas de una semana siendo bombardeados en radio y televisión de dicho aniversario. El domingo, en la Sexta tv, echaron un programa que se titulaba "¿Y tú donde estabas el 23-F?" Como a nadie se le ocurrió entrevistarme en dicho programa, me entrevisto yo solo.
- Hola Javier ¿Y tú donde estabas el 23-F?
- Jo, todos los años lo mismo, pero no te preocupes Javier, te contestaré agradablemente. El 23 de Febrero de 1981 yo tenía 10 años, me encontraba en la portería de casa esperando a que algún vecino subiese en ascensor y me librase de subir algún piso, mis padres vivén en un 5º y la verdad, si aperecía alguién que fuese al tercero, te había tocado la lotería. Pues eso, que me encontraba yo sentado en los escalones de la porteria observando a la Sra. María, la portera de nuestra escalera haciendo ganchillo y escuchando la radio cuando de repente, en un especial informativo de la emisora que estaba sonando, emitieron la noticia del asalto al congreso de los diputados por parte de un grupo de Guardías civiles. A mi aquello a priori ni fu ni fa, pero si tengo muy fresco como la Sra. María, dejó inmediatamente las agujas, cogió el transistor verde caqui con sus manos y subió a tope el volumen. En su cara se reflejo de inmediato una gran preocupación, yo seguía sin enterarme, a mi lo que me preocupaba es que algún vecinos regresase a casa y me ahorrase de subir unas cuantas escaleras. No se cuanto tiempo transcurrió, si mucho o poco, pero de repente, la portera me ordenó que subiese a casa inmediatemente, al final, me tocó subir andando. Cuando entré en casa, como siempre, fui a besar a mi madre y a mi abuela que estaban preparando la cena y les comenté lo que había oido en la radio de la portera, no lo debí hacer demasiado bien, pero si con el suficiente carga emocional como para que inmediatamente mi madre comenzará a buscar frenéticamente una emisora que le explicara mejor que yo lo que estaba pasado en la capital. Cuando si comencé a preocuparme fue cuando llegó mi padre, mi madre le explicó lo ocurrido y conjuntamente con mi abuela comenzaron a hablar de lo que podía, o no podía pasar. Tengo grabado en mi memoria como mi abuela hizo una lista con las cosas necesarias que al día siguiente debían comprar, harina, jamón serrano, azucar... vamos tenía la lección aprendida porqué le salió a la primera y lo que pretendían, era evitar salir a la calle mas que para lo básico. No se si por la preocupación vivida o porqué yo ya estaba incubando algo, aquella misma noche me puse enfermo a 38º de temperatura. Llegada la hora, como todas las noches, mis padres nos enviaron a la cama a mi y a mis hermanos quedándose ello en el comedor si saber mucha cosa todavía de la larga noche que les quedaba por pasar. Sobre la una de la madrugada me desperté, me dolía mucho el estómago y tenía ganas de vomitar, me levanté corriendo al lavabo y allí apareció mi madre detrás mio. Mi abuela y mis padres continuaban en el comedor delante de la tele, les pedí poder quedarme con ellos, no me encontraba bien y no me apetecía volver a la cama. Lo que después ocurrió ya todos lo sabemos, sobre la una y cuarto de la madrugada, SM. el Rey dió el famoso discurso desbaratando toda la intentona golpista. A partir de aquel momento comencé a encontrarme mucho mejor y por la mañana ya estaba totalmente recuperado.
- Javier, ¿Quieres añadir alguna cosa mas?
- Si en alguna ocasión he pensado como funcionaría hoy en día un hecho así, colapsaríamos de mensajes los móviles, la red entraría en ebullición, la gente saldría a los balcones con cacerolas... quien sabe, pero si me quedó claro, que debemos velar porque la Democracía continue funcionando para que nadie albergue la posibilidad remota de pensar en algo parecido.
- Hola Javier ¿Y tú donde estabas el 23-F?
- Jo, todos los años lo mismo, pero no te preocupes Javier, te contestaré agradablemente. El 23 de Febrero de 1981 yo tenía 10 años, me encontraba en la portería de casa esperando a que algún vecino subiese en ascensor y me librase de subir algún piso, mis padres vivén en un 5º y la verdad, si aperecía alguién que fuese al tercero, te había tocado la lotería. Pues eso, que me encontraba yo sentado en los escalones de la porteria observando a la Sra. María, la portera de nuestra escalera haciendo ganchillo y escuchando la radio cuando de repente, en un especial informativo de la emisora que estaba sonando, emitieron la noticia del asalto al congreso de los diputados por parte de un grupo de Guardías civiles. A mi aquello a priori ni fu ni fa, pero si tengo muy fresco como la Sra. María, dejó inmediatamente las agujas, cogió el transistor verde caqui con sus manos y subió a tope el volumen. En su cara se reflejo de inmediato una gran preocupación, yo seguía sin enterarme, a mi lo que me preocupaba es que algún vecinos regresase a casa y me ahorrase de subir unas cuantas escaleras. No se cuanto tiempo transcurrió, si mucho o poco, pero de repente, la portera me ordenó que subiese a casa inmediatemente, al final, me tocó subir andando. Cuando entré en casa, como siempre, fui a besar a mi madre y a mi abuela que estaban preparando la cena y les comenté lo que había oido en la radio de la portera, no lo debí hacer demasiado bien, pero si con el suficiente carga emocional como para que inmediatamente mi madre comenzará a buscar frenéticamente una emisora que le explicara mejor que yo lo que estaba pasado en la capital. Cuando si comencé a preocuparme fue cuando llegó mi padre, mi madre le explicó lo ocurrido y conjuntamente con mi abuela comenzaron a hablar de lo que podía, o no podía pasar. Tengo grabado en mi memoria como mi abuela hizo una lista con las cosas necesarias que al día siguiente debían comprar, harina, jamón serrano, azucar... vamos tenía la lección aprendida porqué le salió a la primera y lo que pretendían, era evitar salir a la calle mas que para lo básico. No se si por la preocupación vivida o porqué yo ya estaba incubando algo, aquella misma noche me puse enfermo a 38º de temperatura. Llegada la hora, como todas las noches, mis padres nos enviaron a la cama a mi y a mis hermanos quedándose ello en el comedor si saber mucha cosa todavía de la larga noche que les quedaba por pasar. Sobre la una de la madrugada me desperté, me dolía mucho el estómago y tenía ganas de vomitar, me levanté corriendo al lavabo y allí apareció mi madre detrás mio. Mi abuela y mis padres continuaban en el comedor delante de la tele, les pedí poder quedarme con ellos, no me encontraba bien y no me apetecía volver a la cama. Lo que después ocurrió ya todos lo sabemos, sobre la una y cuarto de la madrugada, SM. el Rey dió el famoso discurso desbaratando toda la intentona golpista. A partir de aquel momento comencé a encontrarme mucho mejor y por la mañana ya estaba totalmente recuperado.
- Javier, ¿Quieres añadir alguna cosa mas?
- Si en alguna ocasión he pensado como funcionaría hoy en día un hecho así, colapsaríamos de mensajes los móviles, la red entraría en ebullición, la gente saldría a los balcones con cacerolas... quien sabe, pero si me quedó claro, que debemos velar porque la Democracía continue funcionando para que nadie albergue la posibilidad remota de pensar en algo parecido.
2 comentarios:
Yo creo que todos los recuerdos de ese día los fabriqué después.
A mis, también, 10 años, no creo que le prestase mucha atención. Por cierto, mis padres vivían en un 8 pero yo ya no esperaba a ningún vecino para subir.
Pos yo era mu vaguete y como no me dejaba subir en ascensor solo, a veces, esperaba como he comentado.
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